Mi estancia la podría definir como mediocre. A simple vista la habitación es moderna pero tiene muchos desperfectos, una de las camas se movía mucho porque una de las patas estaba torcida (llegamos a dudar de que la persona que estaba durmiendo en esa cama cayera), además era muy incómoda y no nos dieron cojines. Llega la hora de la ducha y nos encontramos con que no sale casi agua y, por último, pagas 8€ por un desayuno pésimo en cuanto al sabor y con poca variedad. No repetiremos, porque también está en una zona tranquila pero con muy poca opción de transporte para llegar al centro de Madrid.